Ubicados en el pintoresco cantón de Ticino, en el sur de Suiza, nuestros maestros relojeros elaboran meticulosamente a mano todos y cada uno de los relojes según los exigentes estándares de la relojería tradicional suiza. Cada componente se ensambla meticulosamente, lo que garantiza una precisión y calidad inigualables. No se pasa por alto ningún detalle en la creación de estos relojes excepcionales.
Pero lo que realmente distingue a nuestros relojes es el toque personal. Cada uno se ensambla a mano bajo pedido y se adapta a sus preferencias y especificaciones individuales. Este enfoque personalizado garantiza que cada reloj sea tan único como su portador, y encarna la esencia de la artesanía y la exclusividad.
Y aunque el viaje desde la creación hasta tu muñeca puede llevar tiempo, vale la pena esperar. Con la entrega en solo 28 días desde el pedido hasta la puerta de tu casa, pronto tendrás el privilegio de lucir una obra maestra elaborada con pasión y precisión. Además, con su propio número de serie distintivo grabado con láser en la parte posterior de la caja, su reloj se convierte no solo en un cronometrador, sino en un símbolo de su propio estilo y carácter distintivo.